jueves, 24 de mayo de 2012

Aguirre, experta en cortinas de humo

Esta semana la presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, volvía a sorprendernos al expresar que, ya que se había anunciado que en la final de la Copa del Rey se iba a pitar al himno (y seguramente también al Príncipe), dicho partido debía suspenderse y jugarse en otro estadio a puerta cerrada. La mayoría de los partidos, incluso el suyo, han rechazado sus declaraciones.

No es que Aguirre se piense que cualquier cosa que pida se hará (bueno, a lo mejor sí lo piensa), como suspender un partido a su antojo. No es que esté politizando un deporte que es solo eso, un deporte. A ella no la importa absolutamente nada el fútbol ni haber incitado a los aficionados a silbar aún más, como repuesta a su absurda propuesta. Tampoco la importará, seguramente, que los asistentes a la manifestación de la ultraderecha que tendrá lugar en Chamberí en las horas previas al partido puedan acercarse después al Vicente Calderón a ver si pueden hacer algunos amigos, ya sean athléticos o culés.

Porque a Aguirre lo único que le importa es ella misma. Soltó su ocurrencia el mismo día en que en su Comunidad se producía una huelga en la educación pública por los recortes que está sufriendo el sector, y un día después de que se conociera que el déficit de la región que gobierna es el doble de lo que se pensaba.

Si uno se da cuenta de estos dos detalles sabe que no puede ser casualidad que hiciera esa declaración gratuitamente y justo en el momento preciso. Fue otra de las cortinas de humo a la que ella y tantos otros políticos nos tienen acostumbrados, tanto, que ya ni hacen efecto, por lo menos no en los que estamos informados. 

Lo curioso es que aquí esa declaración no fue precisamente gratuita. Que se la había preparado para desviar la atención sobre otros temas está claro, pero según se lee en el blog de Arcadi Espada en elmundo.es el montaje fue total. Aguirre podría haberlo dicho simulando que se le acababa de ocurrir, pero no: en su lugar habló con una persona con la que iba a coincidir en una entrevista radiofónica y le pidó que le preguntara acerca del fútbol y la pitada. Cierto es que este tema ocupó apenas un 10% del total de la entrevista, pero la duración es irrelevante: la cortina de humo ya estaba echada, y ese era el objetivo.

Ahora solo queda esperar a ver cómo transcurre todo el viernes, con el ambiente ahora muy caldeado, y eso que las dos aficiones no son de las que se llevan mal entre ellas. Pero como al final se acerquen los de la ultraderecha de la manifestación, la policía va a tener mucho trabajo. Y, al final, el fútbol quedará una vez más convertido en todo lo que no debería ser: política y violencia. 

Señores políticos: déjennos disfrutar a los que nos gusta este bello deporte y no intenten contaminarlo. Y déjennos también de cortinas de humo, que hartan mucho, muchísimo, porque pocas cosas hay peores que el ser tomado por tonto.


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