jueves, 17 de mayo de 2012

El miedo al magenta

A Rosa Díez no la dejan en paz. Cuando se fue del PSOE la tildaban de traidora, y más de uno pensaría que, desencantada de los socialistas, se habría vuelto de derechas. Y al ver la deserción al PP no se le ocurrió que pudiesen tener en ella una aliada (por eso de que el enemigo de mi enemigo es mi amigo), ya que los intereses de estos y de UPyD, el partido de Díez, eran distintos.

Ahora que UPyD ha pactado en Asturias con el PSOE e IU para gobernar en el Principado el PP no debería echarse las manos a la cabeza, como ha hecho. Es absurdo. Además habría que ver si un gobierno de coalición  PP-Foro se sostenía, dado que el fundador de este último, Francisco Álvarez Cascos, es a su vez un desertor del Partido Popular. En el caso de UPyD los populares no han querido aceptar sus propuestas (se ve que para ellos el significado de la palabra 'pacto' es "nosotros decidimos y el resto que obedezca"), que no eran ni muchas, ni ilógicas, ni dañinas, ni complicadas: el cambio en la ley electoral (que las tres circunscripciones pasen a ser solo una, para que los votos tengan igual valor sean de la localidad que sean), la fusión de municipios, el cumplimiento del déficit y la salvaguarda de los servicios públicos. Ahora dirán que Rosa Díez es roja, comunista y todos los derivados que se les ocurra. Qué manía la de este país por poner etiquetas. Parece que muchos no se sienten cómodos sin saber si un partido es de derechas o de izquierdas, en vez de preocuparse solo por las ideas que este defiende.

Tanto PP como PSOE creyeron desde el principio que UPyD, por ser un partido de reciente creación, no tendría mucho éxito, e incluso seguro que alguno pensó que el proyecto no duraría y que habría sido poco más que una rabieta de Rosa Díez. No ha sido así, y lo que se está viendo asusta a los partidos ya consolidados. UPyD nació poco antes de las elecciones generales de 2008 y consiguió en ellas un diputado, la propia Díez, que desde su solitario escaño batalló todo lo que pudo, aguantó estoicamente los improperios del presidente Zapatero y fue ignorada por el resto de grupos. 

En las últimas elecciones generales su partido consiguió cinco diputados. Ha tenido la mala suerte de que esto coincidiera con la mayoría absoluta del partido gobernante, pero aun así Díez y sus compañeros magenta siguen luchando, defendiendo sus ideas al Congreso, proponiendo medidas y criticando al Gobierno cuando procede (o sea, casi siempre). Siguen sin embargo siendo ignorados y a veces vapuleados, como cuando han presentado algún proyecto ante el Congreso, que se lo ha tirado por tierra, y meses después han visto cómo el Gobierno presentaba la idea como suya y la aprobaba. Ellos, en Madrid y en Asturias, aguantan y siguen mostrándose tal como son, con total honestidad, algo raro de ver en política. 

Efectivamente, el resto de partidos deben tener miedo. La marea magenta crece, poco a poco, pero crece.


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2 comentarios:

  1. Ya veremos en que queda el pacto... Desde luego UPyD va hacia arriba, aunque poco a poco y esta prueba la ha superado con nota. De todos modos, la desunión de Foro y PP les ha echado en brazos del PSOE. Espero que frutifique en políticas concretas y mejores para los ciudadanos.Los de magenta tienen una oportunidad de oro, para demostrar lo que pueden aportar y están cambiando en la política española. En Madrid, su huella ya se está notando así como en el Congreso de los Diputados o allí donde ha logrado representación. Una pega: aún les falta algo de madurez y el dejar de ser el partido de Rosa Díez que hay muchos dirigentes capaces.

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    1. En efecto, a ver si al final el pacto se cumple, porque prometer no cuesta nada. Yo también creo que les falta madurez, pero para lo que llevan como partido (porque como políticos algunos de ellos llevan bastantes años) creo que de momento lo están haciendo bien, que están sabiendo convencer (solo hay que ver los concejales que obtuvieron en Madrid capital) y yo por lo menos suelo estar de acuerdo con las ideas que van proponiendo. Rara vez me pasa esto con el resto de partidos, que me parece que van a lo suyo y nada más. En fin, seguiremos observando atentamente cómo sigue todo con los magentas.

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